sábado, 27 de febrero de 2010

Extrañaba las lágrimas corriendo mis mejillas, hinchando mis ojos emintras brotan de mi alma. Es extraño comparar la angustia que sentía cuando tomaba las pastillas y me angustiaba porque "no sentía nada". Me sentía vacío, sin emociones... Ahora, ya sin tomar pastillas, la angustia se transforma en aquella que es melancólica. Esa con la que sientes un jodido nudo en la garganta. El alma te pesa, quieras o no. Sufres hasta en tus sueños, cuando deberías estar solando con esa chica que te gusta, o recolectando viejos y felices recuerdos, haciendo un hermoso sueño de éstos. Claro, algunos dicen que los hombres no lloran... pero yo sí, porque soy un ser humano, al fin y al cabo. No lloraba desde hace mucho tiempo, ahora no me avergüenzo de estar haciéndolo. Son mis emociones que brotan desde mi alma, y salen por mis ojos y bajan por la grietas formando ríos salados llenos de emoción, de dolor, de angustia y sufrimiento. El cigarro ha sido un gran compañero durante estos años de angustia. No lo dejaré por nada en el mundo. Moriré fumando... y ahora sólo quiero una cosa... y esa es que no quiero crecer. Me da miedo enfrentarme a la vida, llevo haciendo esto mismo desde los 12, 13 años... y no quiero más, he sufrido bastante como para querer seguir sufriendo pero de manera adulta. Uno luego de pasar los 18 años se encuentra frente a un ataúd, y se da cuenta de que es un familiar tuyo, o un amigo. ¿Quién quiere vivir eso? Yo no... yo he tenido que estar frente a un amigo...velándolo, y es una experiencia horrible. Me ha tocado sufrir la pérdida de familiares. Ahora lo más proximo a estos sufrimientos serán mis padres. Y no quiero perderlos... quiero seguir siendo niño y verlos felices, juntos, pero no es así. Tengo que hacerme la idea que ya no siguen juntos y que ya no se soportan. Tuve que hacerme la idea que sufrir por amor me perseguirá el resto de mi vida, pero ¿porqué si soy una buena persona y un buen amante? Nadie me podrá responder eso. Nadie... Tuve que hacerme la idea de despedir a un excelente amigo, no, un hermano, en el aeropuerto y saber que sólo lo volvería a ver más o menos 2 años más tarde. Volvió y siento que no logré disfrutar todo el tiempo con él... y lo lamento tanto. Cómo me encantaría poder vivir mi cumpleaños número 18 junto a él. Pero se encuentra lejos, disfrutando con su familia, y me siento feliz de que pueda hacerlo. Aun así no puedo evitar extrañarte compañero y te juro que siempre estarás en mi corazón.... Las lágrimas siguen brotando de mi alma, pero de alguna manera u otra, la angustia disminuye su fortaleza. Mis ojos se agotan y el alma se alivia de ese dolor, esa angustia que estuve cargando en ella. Prontamente mis ojos sólo querrá dormir, y mi alma bosteza como un bebé. Pero yo sé que eventualmente... mi alma volverá a sopesar esta maldita angustia que cargo dentro de mí. Y entonces los ríos volverán a nacer...

Nano Aguilar.-

Este texto estuvo respaldado por la melancólica melodía de Clint Mansell con los OST dela película "The Fountain"