viernes, 22 de octubre de 2010

~.22/23102010

Ke más puedo decir, si mis pies caminan alegres y sonrientes. No importa mucho el hablar, sino ese hablar que no contamina relaciones, ese hablar que te motiva parpadear. Es ese aquel con el cual ni salivas; ese en que, el que habla, es el latir de ambos. No jodas si no entiendes qué sucede cuando no jodes; no vomites a menos que los cielos estén nublados para ti. Siente el viento y disfruta, no pienses en nada que no merezca ser recordado. Escucha el viento hablarte al oído, siente como besa tu piel. Las lágrimas que brotan, tu lengua las acaricia con alegría. Tus ojos envuelven mis pensamientos, y tus labios remecen los suelos. Que los autos choquen, no nos incumbe; que se queme la cuidad, qué nos importa. El kaos rodea el amor, y todos sonríen. Las palabras que rugen a través de las gargantas, recorren las calles iluminadas por fuegos incandescentes que danzaban al son de mil pisotadas. Cabezas y manos alzadas para alabar el aroma que nos rodea. Los sueños los he perdido porque, si sin tí duermo, me cuesta e incluso no logro conseguirlo. Mucho tiempo en que el viento no sopla palabras como mugre de mis uñas; es solo que antes no tenía como ensuciarlas, y ahora contento juego en barro... y las palabras vuelan como aves libres.