martes, 17 de agosto de 2010

~.17082010

El cuervo se acomoda en la última rama del árbol milenario, donde busca su alimento escondido en las ramas más altas del árbol y se asombra por la vasta cantidad de estrellas que alumbran sus negros y oscuros ojos; una gota de lluvia brota de una nube oscura y cae por la mejilla del cuervo. Luego baja al arrollo eterno que se encuentra a un costado del árbol y que nutre las raíces de éste, prolongando su vida gracias a propiedades que se desconocen. El cuervo ve su reflejo distorsionado en la superficie del agua que corre sin fin hacia un horizonte alejado de todo lo que el cuervo ha logrado conocer. Sigue con su mirada el caudal del arrollo y divisa a lo lejos el Sol que con sus rayos anuncia su presencia, llenando de felicidad los pulmones del cuervo... sus ojos también le sonríen al Sol. A medida que Inti se hace presente en lo alto del cielo, el cuervo se le queda mirando fijamente; al principio los ojos duelen y una jaqueca se apodera de su cerebro, pero a medida que pasa el tiempo, y sin dejar de mirarlo, comienza a ver figuras sin forma alguna. Luego de un rato mirando al Sol se da cuenta de que al centro de éste se aparece una figura que se mueve con ímpetu y de manera alegre. La figura le sonríe de vuelta al cuervo que no comprende mucho. El tiempo pasa y el cuervo comprende que el Sol y la figura son una sola... una sola figura sonriente, que alegra los ojos una vez vacíos y negros del cuervo, y que poco a poco la figura borrosa que sonríe constantemente se vuelve más nítida. El cuervo mira perplejo cómo baja del Sol aquella figura antes difusa para sus ojos negros y vacíos; esta figura una vez cerca del cuervo le guiña un ojo verde, de pupila ovalada. El cuervo le devuelve el guiño e invita a la figura felina a beber agua del arrollo eterno que alimenta las raíces del árbol milenario, en cuyas ramas más altas el cuervo se alimentó la noche pasada, en donde miró la noche estrellada y una gota de lluvia brotó de sus ojos, en ese momento, negros y vacíos. El cuervo ahora observa la noche con el animal felino, uno al lado de otro, sonriendo a las estrellas.

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