lunes, 30 de agosto de 2010

no te importa idiota. ~30082010

Soy el cuervo que se despluma a picotazos y cercena sus pupilas con el grito del viento afilado que atraviesa montañas majestuosas. La niebla socorre mis lamentos y la acera amortigua las gotas de sangre que brotan de mis pesadillas oculares. El viaje se vuelve aterrador y solo una bestia monstruosa se asoma entre cortinas de espuma que indagan lo más profundo de mis víceras; retuerce mis entrañas y vomito el amor del cual una planta creció. Los pulmones se vuelven de piedra y la agonía sobresale, como un púrpura vapor que brota por las fauces del cuervo, y ocilan en el aire mientras campanas atonales danzan al ritmo del pasto creciendo verde y acogedor. Las afiladas montañas que carcomen las fauces del cuervo, se gastan mientras cae lava desde el pezón de la montaña. El cuervo viaja entre ramas de arecifes, que se entrecruzan por los cielos y dejan ver estelas de un verano lejano, cuyo calor se pierde a medida que el hedor de la vida se adentra cada vez más... El niño que se encuentra al final del camino, está llorando; el cuervo se acerca y le picotea los ojos para que deje de llorar. Al final del río que recorre el universo entrellado, los delfines pasean praderas de musgo rojizo, y el niño finalmente vomita la cabeza del cuervo dentro del océano apiedrado por gritos de ballena y danzas de pesces multicolores. Nadie quiere esto... yo quiero todo.

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